El Rais, que gobernó Egipto durante 30 años, deberá dar cuenta de su actuación contra los manifestantes que pedían democracia en el país y que lograron su destitución en febrero pasado. Mubarak, que ha llegado en ambulancia a una base militar de El Cairo a primera hora de la mañana de este miércoles, está siendo juzgado en la academia de Policía situada en las afueras de la capital junto a sus dos hijos, Gamal, y Alaa, de los que se sabe que aprovecharon su posición para enriquecerse, el ex ministro del Interior Habib al Adli y otros seis ex altos cargos.
Todos ellos están acusados de conspirar para matar a manifestantes y abuso de poder para enriquecerse, entre otros delitos cometidos antes y durante la revuelta que derrocó al régimen anterior. Entonces, por orden del Gobierno, la Policía disparó balas de goma y balas reales y usó gases lacrimógenos contra los manifestantes, tanto en El Cairo como en otras ciudades, causando un número aún no determinado de muertos y centenares de heridos.