Hemos visto maneras raras de curación, hechiceros, tipos que se apagan colillas en la cabeza, que comen bombillas y hasta que tienen cita en el Sergas para octubre de 2091…pero como esto, nada.
Son los vecinos de Rawa Buaya, un pueblo de Indonesia que, vete a saber a santo de qué, se han creído que la descarga eléctrica que generan los trenes tienen propiedades curativas. Y, ahí los tienes, tumbados en la vía como si estuviesen en un balneario. La cosa tiene aún más enjundia pues, si lo hiciesen los del club de jubilados, bueno, pero no, ¡que va!, se llevan a sus hijas, hijos y nietos convenciéndoles de que el calabre les ayuda a tener salud y mata enfermedades.
