Hasta hace bien poco, Gadafi no era tan malo como ahora lo pintan los gobiernos británico, estadounidense o francés. Así lo demuestran varias carpetas de documentos encontrados en un edificio de gobierno de Trípoli en los que se demuestra la más que estrecha colaboración entre el gobierno del coronel y los servicios de inteligencia occidentales.
Los archivos, hallados por la organización Human Rights Watch, contienen correspondencia entre la inteligencia libia y la CIA, el MI6 y otras agencias de inteligencia europeas, incluida la francesa que depende del principal impulsor de las acciones de la OTAN contra el dictador libio: Nicolas Sarkozy.
Mientras el jefe del Foreign Office, Willian Hague, ha restado importancia a lo revelado por estos documentos, asegurando que dicha relación era entre el anterior gobierno de su país y Gadafi, pero no con el actual, “que está más interesado en el futuro de los libios”, un miembro de Human Rights Watch que vio los documentos ha acusado a la CIA de enviar a varios individuos a Libia para ser interrogado, previo secuestro y traslado ilegal, en presencia de miembros de esa agencia.