Una silla, madera, cristales… incluso una ventana llegó a arrojar L.G.V, de 60 años, por la ventana de su casa en la calle Maceiras. Todo sucedió a las 03:10 horas del pasado sábado, cuando los vecinos alertaron a los agentes cansados de una situación que se repite con asiduidad.
Los agentes intentaron convencer al hombre de que dejara de tirar enseres, pero no lo consiguen. Así que se ponen en contacto con un familiar del hombre, que le asegura por teléfono que conocen la situación pero que no pueden hacer nada, dada la extremada violencia del hombre en ocasiones, aunque la familia está dispuesta a colaborar en lo que haga falta.
Una vez tranquilizado a los vecinos y que con cada uno en su casa, los agentes consiguen que el hombre abra la puerta, lo tranquilizan y lo identifican. A continuación piden una ambulancia para que un médico valore su estado mental y es trasladado a un centro médico, donde ha quedado en observación.