Pese a todos los intentos del Gobierno para evitar que se oyeran los más que tradicionales abucheos durante el desfile militar de la Fiesta Nacional, celebrado hoy en Madrid, cualquiera que siguiera el acto por la tele se ha dado perfectamente cuenta de que no se consiguió del todo.
Puede que esos abucheos no llegaran con nitidez a los oídos del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, pero haberlo hailos.
Este año las autoridades e invitados al desfile estuvieron ubicados en las tribunas colocadas en la Plaza de Neptuno, bastante más alejados que otras ediciones del público. Entre los cambios introducidos este año, en ningún momento se anunció a los asistentes el recibimiento que hizo Zapatero a una Familia Real al completo.
A falta de anuncios sobre Zapatero por megafonía, los más fuertes abucheos se producían cuando el presidente español salía en las grandes pantallas instaladas en todo el recorrido del desfile.
Por primera vez la tribuna presidencial ha presenciado el desfile sentados, un cambio introducido por la convalecencia a la que sigue sometido el Rey Juan Carlos, después de su última operación.
Una de las anécdotas del día la han protagonizado los dos candidatos a sustituir a Zapatero en la Moncloa. Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) estuvieron unos 10 minutos hablando del tiempo y del fútbol. Tanto rifi-rafe por separado en sus mitines político y luego se cortan en las distancias cortas.