Así de claro. Panavision, Arry y Aaton, principales fabricantes de cámaras cinematográficas tradicionales, han dejado de hacerlas, por lo cual han acabado con la película física, como tal, para pasarse a las cámaras y formatos digitales, más baratos y cómodos. La demanda de las antiguas cámaras había caído exponencialmente los últimos años, aunque algunos realizadores siguen prefiriéndolas a las nuevas tecnologías, pero los productores no están ya por la labor: renunciar al celuloide recorta en cientos de millones de dólares o de euros los costes de distribución, que han pasado a hacerse mediante ‘uplinks’ de satélite.
Sin embargo, el siguiente paso no tardará y será pasar del cine en 2D al 3D, algo que no será inmediato, ya que este último parece más complicado de usar y porque los nuevos formatos de cámaras se adapta a las exigencias de los nuevos directores como un guante a una mano…aunque lo mismo decían del sonoro o del Cinesmacope.