“La fusión es la peor de las soluciones”. Con estas palabras valoró esta mañana la hipotética fusión de las cajas gallegas el presidente de la Cámara de Comercio de Vigo, José García Costas, tras varias semanas de silencio y junto al presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, José Manuel Fernández Alvariño. Ambos responsables empresariales presentaron hoy un informe, contrario a la unión de las entidades financieras, y encargado a una consultora externa para analizar, desde el punto de vista de la “galleguidad” de las cajas, las consecuencias de una hipotética fusión.
Tras hacer un breve repaso por la situación actual de las cajas gallegas, y teniendo en cuenta que son entidades “bien gestionadas, no politizadas y con buenos ratios de solvencia”, los dos presidentes justificaron el silencio mantenido en las últimas semanas como un “ejercicio de responsabilidad y de respeto institucional” sumado al “aval que otorga este informe realizado desde la independencia y sin tener en cuenta localismos”. Y es que después de analizar en profundidad el documento, remitido también al Presidente de la Xunta de Galicia para que sirva de “elemento de reflexión”, Cámara y CEP sostienen que la fusión sería la “peor de las situaciones posibles” ya que la “hipotética nueva caja no aportaría nada nuevo al panorama financiero de Galicia, en lo que se refiere a los criterios de solvencia y eficiencia”.
Las conclusiones del informe sostienen que la posible fusión de Caixa Galicia y Caixanova supondría restringir el volumen de créditos en 2.000 millones de euros, ya que se endurecerían las condiciones para la obtención de nuevos préstamos, porque la fusión conllevaría una elevada concentración de negocio y de riesgos. Por otro lado, Alvariño y García Costas señalaron que el impacto social se traduciría en la previsible pérdida de 1.800 puestos de trabajo directos por la duplicidad de ambas cajas, motivo al que habría que añadir el cierre de 300 oficinas. En este sentido, el presidente de la Cámara quiso también explicar la repercusión en las respectivas Obras Sociales, que en la actualidad “compiten de una manera muy sana y realizan una gran labor para los ciudadanos”. Así, un hipotético proceso de fusión, afectaría al importe total que se podría destinar a la obra social de la caja resultante, por lo que la más que probable reducción de la cifra debería reorientar sus prioridades, desatendiendo necesariamente a alguno de los sectores a los que actualmente se destina la obra social de las cajas.
- Conclusiones finales
La CEP y la Cámara de Comercio de Vigo apuestan por la existencia de las dos cajas actuales y consideran que se debe apoyar la apertura de las cajas gallegas al exterior, manteniendo los centros de decisión en Galicia, mediante la constitución de un Sistema de Protección Institucional (SIP) “reversible”. Sobre estos dos últimos datos, García Costas se mostró convencido de que, en caso de que las entidades financieras tomasen una decisión que “pudiera afectar a la galleguidad de las cajas”, la Xunta lo vetaría. “Estoy convencido de que no habrá fusión”, dijo García Costas, y recordó también que las decisiones que se tomen sobre el futuro de las cajas “tendrán que estar apoyadas por los órganos de gobierno de ambas entidades; la Xunta se pronunciará después”.