El hijo de Gadafi, que está protegido por un destacado dirigente de los tuareg, ha pedido que se garantice su seguridad y que en la entrega se impliquen otros países, Túnez o Argelia entre ellos. Así se lo ha hecho saber a responsables del Tribunal Penal Internacional (TPI) vía telefónica.
Las llamadas, que según han reconocido fuentes del Consejo Nacional de Transición (CNT), han sido interceptadas por los servicios de inteligencia y han permitido al nuevo gobierno libio conocer el paradero de Saif al Islam, se han producido los tres últimos días, a intervalos irregulares y en horarios distintos, aunque se han hecho al mismo interlocutor. En las últimas exigía para entregarse, junto con el antiguo jefe de los servicios secretos de su padre, Abdulá al Senussi, que le envíen un avión al sur del país para que lo traslade a La Haya, y que se garantice su seguridad.
Sin embargo, según varios miembros del CNT, esta opción no sería del agrado de los rebeldes o, al menos, de los grupos más radicales, quienes querrían solucionar “este problema como un asunto interno de Libia”, lo que para los observadores y organizaciones humanitarias se interpreta como que el objetivo sería atrapar a Saif al Islam y que corriese la misma suerte que su padre que fue torturado, sodomizado con una trozo de madera y asesinado tras su captura.
