Para empezar Europa no sólo no renegociará el segundo rescate a Grecia, sino que bloqueará la ayuda urgente de 8.000 millones de euros mientras que Atenas no confirme que aplicará los ajustes exigidos. Así de claro se lo dejarán a Papandreou el presidente de Francia y la canciller alemana, este miércoles antes de que empiece la cumbre del G-20, en Cannes. Allí es donde han citado al primer ministro a una reunión en la que también estará la directora del Fondo Monetario Internacional, Chritine Lagarde.
Esta decisión ha sido tomada de acuerdo con todos los países después de que Papandreou anunciase que convocará un referéndum para que los griegos decidan si quieren los 100.000 millones de euros de ayuda comunitaria. Además, es relación con el mismo, Merkel y Sarkozy pedirán al jefe del gobierno heleno que la pregunta que deban responder los ciudadanos es si quieren salir del Euro, de esta manera aislarían el problema de la Unión limitándolo al de un país que no quiere dejarse ayudar.
¿Quiénes sufrirán las consecuencias de estas decisiones? La respuesta es fácil: los griegos. Ello será así porque sin esos 8.000 millones de ayuda, que forma parte del primer rescate, que se aprobó en mayo de 2010, el Estado no podrá pagar el mes que viene las nóminas de los funcionarios ni las pensiones, ello obligaría al primer ministro a convocar la consulta este mismo año.
