La proeza la ha conseguido un equipo de médico del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Los profesionales utilizaron una técnica pionera que se tradujo en el uso de un tejido congelado hace 10 años, antes de que la mujer fuera intervenida por un proceso oncológico.
Precisamente, ese cáncer fue lo que provocó que tuvieran que extiparles los dos ovarios. Antes de quitarle los ovarios, decidieron congelarle parte del tejido ovárico que se encontraba en buen estado.
Tras conservar ese tejido todo ese tiempo, hace unos meses se lo transplantaron nuevamente para intentar que se quedara embarazada.
Se trata de una mujer de 31 años, que tan sólo 4 meses después, comenzó a presentar signos de actividad en los ovarios y al mes siguiente ya tenía la primera menstruación espontánea. A partir de ahí, se acudió a la fecundación in vitro dando como resultado un embarazo. Está previsto que la joven dé a luz el verano próximo.