Cuando estaban en la oposición muchos decían que se alegraban que no veas de lo mal que lo hacía el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero cada vez que ponía en marcha sus recortes, pero ahora los que adoptan ellos tocan justificarlos.
Ya no están en la bancada de esa oposición -dicen algunos que en ella estaban muy cómodos estos años de dura crisis- desde donde era muy fácil criticar e, incluso, prometer, por ejemplo, que ellos nunca subirían los impuestos. Lo de esta promesa “Nosotros no subiremos los impuestos” ya sabemos que donde dije digo digo diego.
Lo escuchamos hasta la saciedad en boca de la mayoría de dirigentes del PP de la primera línea del partido, una de las últimas veces en el propio debate de investidura de Mariano Rajoy. Pues bien, a los 9 días justos, la promesa explotó y llegó una subida del IRPF, entre otros recortes, que todavía tratamos de digerir.
La defensa a ultranza de sus chicos del PP recorre estos días la geografía española. Vale que las medidas adoptadas por Rajoy son impopulares, pero ahora, que ya están en primera línea de fuego, en la de gobernar, las tornas han cambiado y ahora toca justificarlas. Sin ir más lejos, desde la Xunta lo hizo ayer el conselleiro de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza, Alfonso Rueda, que aseguró que lo que no tenía sentido era seguir sin hacer nada.
Unos pasan de la crítica a la defensa de lo mismo con tanta facilidad que a algunos todavía nos dejan perplejos.