Eso es lo que ha dicho a Onda Cero Miguel Montes Neiro, quien ayer salió de la cárcel tras haberse pasado 36 años entre rejas, pese a no haber cometido ningún delito de sangre. Montes ha asegurado que está todo cambiado y que tendrá que adaptarse “a la vida moderna” porque “no sé ni apagar ni encender un teléfono móvil”.
El que es ya el preso común más antiguo de España confesó que se pasó la noche mirando a sus hijas y que, siguiendo la costumbre que tenía en la cárcel, se ha levantado a la misma hora que lo hacía allí. Además, entre bromas ha declarado que a la hora de ducharse no sabía muy bien qué debía usar, “como no entiendo las marcas me he echado en el pelo Aloe Vera”.
Precisamente el pelo será lo primero que cambie de su aspecto físico, “voy a pelarme para tener buen aspecto en la rueda de prensa”, ha declarado, y ha adelantado que lo haría en una peluquería “a la que ya iba cuando era pequeño”.